De mis progenitores, sobre todo de mi padre, heredé el talento para escribir. Recuerdo mis años de colegio, donde participé activamente en el periódico escolar y luego en mi carrera profesional, Comunicación Social y Periodismo, claramente me orienté en todos los asuntos de la comunicación corporativa y de los distintos enfoques periodísticos; sin embargo, en ese momento, el ser humano no fue privilegiado como es y lo abordo ahora.
Mientras reviso las notas, que durante todo este proceso fui tomando, de lecturas, observaciones y vivencias, para subrayar lo que me motivó a escribir un libro, me inquietaba especialmente, cómo estaba ejerciendo mi carrera como consultora y coach organizacional, quería hacer algo distinto. Ese momento fue cuando, leyendo a Richard Boyatzis & Annie McKee, encontré parte de la respuesta: concienciación, esperanza y compasión, las claves para renovarse.
El primer elemento es la concienciación, o vivir en un estado de plena y deliberada conciencia de uno mismo por completo, de las demás personas y del contexto donde vivimos y trabajamos. El segundo elemento, la esperanza, nos permite creer que el futuro que imaginamos es alcanzable y nos hace movernos hacia nuestras visiones y objetivos, mientras animamos también a los demás hacia esos objetos.

El tercer elemento, la compasión, nos permite comprender las carencias y necesidades de la gente, de manera que nos sentimos motivados a obrar de acuerdo con nuestros sentimientos.
Así que, con esperanza, compasión, conciencia y amor, creo profundamente en la Ruta hacia el Liderazgo Orgánico, como un camino de excelencia. Y comparto con todos quienes amablemente nos leen, un estudio serio y sensato de casi dos años, repleto de saberes y análisis para crear un programa que conecta genuinamente el tipo de personalidad esencial y su forma de liderar orgánicamente.
Ximena Vargas Aranzazu
